domingo, 26 de agosto de 2007

La Revolución de Emiliano Zapata


La Revolucion de Emiliano Zapata


El comienzo de la Revolución de Emiliano Zapata fue cuando un grupo de amigos de toda la vida de Jardines del Bosque, se reunieron para tocar. Eran tiempos de patillas largas y pantalones acampanados. Guadalajara vivía la corriente rockera procedente de Inglaterra y Estados Unidos y la disfrutaba a través de grupos locales como Los Spiders, La Fachada de Piedra, Blue Jeans, 39.4 y otros.
No había discotecas y menos aún antros, pero había tocadas. En el Casino Francés, en el Club de Leones, en muchas partes. Al principio tocaban en las fiestas de la colonia Jardines del Bosque, luego la fama se extendió a todo Guadalajara.


Los Spiders jugaron un papel importante en el camino del grupo ya que los recomendaron y así los fueron contratando. Pero el gran paso para La Revo fue un concurso convocado por las Cinco Ondas de la Alegría. Podían participar los grupos tapatíos con música propia e inédita. El premio era relacionarlos con una empresa grabadora.
Todo el mundo llevó sus canciones y, a la hora de las llamadas telefónicas, la Revolución tuvo gran mayoría y ganó. De inmediato llegó gente de la Ciudad de México para contratarlos y el grupo no quería. Qué contratar ni qué grabar. No, eso no, decían. Hasta que llegó un representante que les habló muy bien y los hizo firmar el contrato.


A partir de entonces todo fue vertiginoso. Los discos se vendían, todo el tiempo aparecía en la televisión el grupo, giras para allá, giras para acá; anochecer en Monterrey, amanecer en Oaxaca y con ello la fama, el ruido, el cansancio. Luego, el grupo se fue a vivir a la Ciudad de México "y eso fue el acabose”, recuerda Oscar Rojas. Vivían y ensayaban en un apartamento, pero la vida ya no era grata. Empezaron a pelear entre ellos, a dejar de ensayar. Al principio todo era fácil, pero después, se les infló el ego.
El vocalista, portador del bigote que identificaba al grupo, estaba harto. “Me salía del D.F. tan pronto podía y los otros se comenzaron a molestar. Y un buen día, yo agarré mis cosas y me vine a Guadalajara. Y se acabó”.

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