El tercer disco de Grandaddy, es el punto culminante de la carrera del grupo y posiblemente también de eso que se llamo "Americana cósmica" (junto al Desert´s Songs de Mercury Rev). Un híbrido extraño entre belleza e ingenuidad, entre madurez y tristeza. Impresionante de principio a fin.
El quinteto californiano no se ceñía estrictamente a las coordenadas indie-pop de toda la vida, sino lo impulsaban hacia limites poco explorados, donde la música americana se mezcla con sintetizadores cósmicos y donde la psicodelia habla de robots frustrados y alcoholizados.
Una maravilla, jovenes.